¡Por lo menos me hiciste reír!


Así de escasa es la risa y así de fácil no la pasamos amargados y justo cuando hay que reírse y además cuando no se debe, va acumulando de a poco el estallido de la depresión. Entonces dijo que por lo menos la hice reír y esa frase escalofriante confirmó que las cosas serias a veces y casi siempre evita la risa.
Lamento mucho por los que no pueden reír. Lo lamento por los renegadores y sufridores. Lamento que no sean capaz de reírse ni siquiera de sí mismos. Lo lamento y hasta me da risa. Es más fácil hacer reír y muy difícil hacer llorar porque luego hay que reparar y esas heridas parece que se recienten.
Si usted hace reír a alguien mañana con seguridad una bala menos se dispara.

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