Después del regalo del cielo del domingo, una noche de color rojo, llegamos al lunes. Buen día ciudad de trabajadores y prostitutas, de sacerdotes y asesinos, de niños y muertos. Aprovechen su tiempo de oficina para relatar como menearon la cola en la piscina frente a penetraciones frustradas. Inicien su semana pecadora para justificar la eucaristía del próximo domingo y por un momento, traten de sacar un tiempo para su esposa, las amantes pueden esperar, por eso son amantes. Llega el lunes y no sabemos cuántas bombas explotaran, cuántos serán los liberados del circo de la paz, cuántos lograran llegar al domingo y cuántos no. Los días cambian y la gente también. Los mejores deseos para esta semana, ojala en nuestro terruño de montañeros los asesinos se jubilaran, los atracadores consiguieran un trabajo para entretenerse y los trancotes fueran de amor. Que tengáis una bonita semana Rojos Planetarios.
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