Este fin de semana, mientras viajaba por uno de los municipios de Antioquia presencié y participé de la conversación de dos conductores. Éstos, amigos y protagonistas de las complicadas y difíciles carreteras antioqueñas y servidores nuestros viven su lenguaje para su oficio y es muy particular porque se combina con la sangre de los muertos conocidos, las estrelladas espectaculares, las multas y los trucos para salir de ellas y todo tipo de situaciones que se puedan vivir en la carretera con los sin nombre porque la mayoría se conocen con los apodos.
Dos hombres conductores sólo hablan de lo que ocurre en
Por lo general conocen la historia del accidente, sin embargo, uno le pregunta al otro: “oíste y ¿cómo fue que se mató Pato Fiel?” y el otro le cuenta la historia que el otro ya conoce porque en medio de la conversación, quien preguntó corrige “acordate que cuando vos pasaste en la volqueta el conductor del bus casi te enviste y venía como dormido y más abajo fue que se llevó la volqueta por delante” y así se la pasan contando una y otra vez la misma historia. Durante el camino contaron más o menos 10 historias de accidentes narradas varias veces, recontadas, corregidas y aún, en el paso del tiempo, asombrosas. Es lógico, no había nada más de que hablar y el paisaje se lo conocen de memoria para hacer algún comentario al respecto.
Aclaro que no me refiero a los señores conductores como básicos, finalmente es un oficio y además de servicio a la comunidad, es decir muy importante. Por eso es más un llamado de atención porque para algunos conductores los pasajeros no existen y su afán muchas veces termina en un accidente porque sobrepasan en curvas convencidos de su pericia y buena suerte, apagan la alarma de velocidad, hablan por celular mientras conducen como si no existiera el manos libre, infringen normas básicas como pasarse un semáforo y otras infracciones que suman su irresponsabilidad.
Es un llamado de atención a lo que nunca tendrá atención, porque las autoridades siempre necesitan cuadrarse el día con las irresponsabilidades y las infracciones de los conductores, porque los transportadores de personas y carga que para ellos es lo mismo es más fácil ofrecer cincuenta mil y seguir cometiendo sus infracciones creyéndose astuto y hábil y no es mentira, quien esté interesado puede averiguar por la cantidad de accidentes en las vías antioqueñas, puede verificar las infracciones realizadas y las pagadas en el acto y además puede darse un viajesito a cualquiera de los municipios para que viva la aventura y la adrenalina de viajar, sin seguridad de que llegue, pero con la aventura de por medio. Eso sí, hágalo en transporte público en cualquiera de sus versiones (bus, colectivo, taxi, chiva).
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