Lo peor de ser embrujado por una mujer

Definitivamente hay que empezar por que ser embrujado por una mujer es lo peor que le puede pasar a un ser humano. Divagando entre la brujería no es posible identificar que se trata de un hechizo o un maleficio que alguien trabaja deseoso del cuerpo y el espíritu de un ser humano. Son personas que olvidaron que existen las chocolatinas, una flor, una cartica en una hoja de cuaderno y todas esas cosas que sirven para conquistar a un hombre. Tener que llegar a la penumbra y a la oscuridad de la brujería para poseer cinco minutos y la posición de misionero de un pobre mortal es patético.

Sobrevivir para contarlo es una hazaña. Padecer entre medicamentos como el Dolex y el Acetaminofen sugerido por la EPS pensando que se trata de un virus es alargar el sufrimiento. Por otra parte se afectan las personas cercanas y que además sean odiadas por la protagonista del maleficio. Las personas cercanas son los amigos, la familia, la novia actual, el perro, el gato y hasta el señor de la calle que te pide una moneda.

Lo peor de ser embrujado por una mujer es no saber que esa mujer lo desea a uno. Es decir, muchas piensan en amarrar, seducir, enloquecer o atrapar a su amado, como lo mencionan los papelitos que promocionan los brujos en el centro de la ciudad, en vez de utilizar el sentido común y la palabra para manifestarlo. Si se trata de una exnovia que no quiere separarse, lo peor es intentar algo que nunca va a funcionar aunque se use la brujería más especializada en el campo del chumangue y la curuchunfanda.

Pero lo más peor de ser embrujado por una mujer son los días que lo pueden tirar a una cama, incapacitarlo en el trabajo y en la quincena recibir el sueldo con la inmensa deducción de la incapacidad.