
El Derecho y sus administradores parecen la creación más repugnante de la historia de la humanidad desde sus inicios. Recuerdo mis dos únicos docentes temporales y efímeros del área legal durante mi carrera. Fueron dos, porque la materia la perdí con honores y con honor la repetí. Ojala nunca en la vida tenga que encontrarme con tan despreciable actitud de egolatría y humillación en la vida académica en un salón de clase. A ellos mis más sinceros deseos de que el universo se los consuma con su ego incluido.
Sin embargo no todo es tan malo. Entre la sabiduría y la humildad nació mi primo que se dejó enredar por la lengua, las entrañas y la desgracia de la profesión frívola y politiquera, es un abogado. Entre notas superiores a 4 y 4.5 superó los semestres de la carrera en la Universidad de Antioquia vomitona de abogados como salchichas embutidas.
Mis respetos compañero Juan Camilo Arbeláez, su profesión de memoria y análisis frívolo lo convierte en un héroe y en un verdugo. Pero en ningún momento comparable con las lagartijas que tuve por docentes que se maravillaban de mi falta de interés malentendiendo ignorancia y se valían de su posición para sacar provecho a sus minúsculas vidas.
Ojala que por el bien del amor no haya divorcios, pero por el bien de tu trabajo, ojala que los haya. Que los asesinos se arrepientan ante tu defensa y que los inocentes encuentren la fuerza en tu trabajo. Otro abogado de la Universidad de Antioquia es vomitado a la calle. Pero es importante hacer la aclaración de la diferencia que existe entre los alumnos que son estudiantes, asistentes y estudiosos. Sin duda, Juan es un estudioso. Que el universo y el Planeta Rojo te salve de ser una maldita sanguijuela.
Sin embargo no todo es tan malo. Entre la sabiduría y la humildad nació mi primo que se dejó enredar por la lengua, las entrañas y la desgracia de la profesión frívola y politiquera, es un abogado. Entre notas superiores a 4 y 4.5 superó los semestres de la carrera en la Universidad de Antioquia vomitona de abogados como salchichas embutidas.
Mis respetos compañero Juan Camilo Arbeláez, su profesión de memoria y análisis frívolo lo convierte en un héroe y en un verdugo. Pero en ningún momento comparable con las lagartijas que tuve por docentes que se maravillaban de mi falta de interés malentendiendo ignorancia y se valían de su posición para sacar provecho a sus minúsculas vidas.
Ojala que por el bien del amor no haya divorcios, pero por el bien de tu trabajo, ojala que los haya. Que los asesinos se arrepientan ante tu defensa y que los inocentes encuentren la fuerza en tu trabajo. Otro abogado de la Universidad de Antioquia es vomitado a la calle. Pero es importante hacer la aclaración de la diferencia que existe entre los alumnos que son estudiantes, asistentes y estudiosos. Sin duda, Juan es un estudioso. Que el universo y el Planeta Rojo te salve de ser una maldita sanguijuela.
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