La SIM del móvil se salvó una vez de las manos de un atracador barato, ridículo y miserable de celulares. El ladrón ilógico dejó la tarjeta en las manos de su víctima intimidada. Es una suerte recuperar la información y tenerla para continuar usándola. La semana pasada, la misma SIM que se salvó del villano murió dentro de un nuevo celular y con ella murieron números de fijos, móvil y mensajes de texto que decían besos, saludos, abrazos y memorias.
Mi madre, muy sabía, dijo en medio de la tragedia: “es una buena oportunidad para iniciar de cero” y me dieron ganas de borrar todos los correos electrónicos, el disco duro y la memoria humana. El apego a esa tecnología que es casi una extensión humana no me lo permitió y me conformé con perder el directorio de la SIM. CARD.
El proveedor la cambió por garantía pero no supo explicar por qué la pequeña tarjeta se hecho a perder. Los científicos del Planeta Rojo investigaron en sus laboratorios especializados y el resultado que arrojó la investigación fue el siguiente:
La SIM CARD sufrió un choque entre el usuario y el sistema electrónico del transistor. Descubrieron que así como el humano asume como una extensión su teléfono móvil, éste también asume al humano como una extensión y se genera una conexión casi humana. El teléfono presintió que su dueño se moría de ganas por marcar un número y al no hacerlo generó tantos impulsos al sentimiento humano hasta que reventó.
Fue una SIM que murió en nombre del amor y la ansiedad y humildemente les recomiendo que no se abstengan de hacer la llamada al que no sabe que será buscado. Es muy posible que si lo evita también la pueda perder para siempre. La llamada aún no se hace pero la nueva SIM CARD no sabe que ella existe.
1 comentario:
cesar genial este escrito, eres un genio en la materia, felicitaciones... ahh y no sufra que si quiere yo le regalo nuevamente el numero que necesita jajaja
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