La ciudad en su vida cotidiana de violencia, felicidad, diversidad, diversión y trabajo deja marcas o huellas que son fácil de rastrear como el olor de la hembra que detecta el macho. La ciudad es un encuentro y a veces descubrimiento amable de la diferencia y el encanto. Sólo me gusta la ciudad cuando la puedo desnudar porque por fin somos amantes. De nuestro amor sólo quedan restos colgados como patinetas colgadas de un árbol para recordar que un día fuimos juntos.


Si con música te pudiera conquistar para que siguieras mis pasos y decorarte con todos los regalos que te guardo. Sigue mis notas y caminamos juntos, tranquilos por fin, entre los árboles que una vez fueron amigos de otros. Acompañame Medellín y te muestro como suenas con el viento y mi música. Acompañame Medellín y componemos una melodía que nos haga olvidar que tienes que dormir.
Protección Roja para vos de esta boca, estos ojos y esta mente que no te deja de ver en Rojo y como lo dejás caer por tus calles hasta el centro. Que la sangre esté caliente donde debe estar y que tu gris permanezca impecable Medellín.
1 comentario:
Dios mió toda una oda en amor a Medellín, excelente me gusto arto.
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