JAJAJA que risa me da en el país de las tetas

Juanita Kremer es por estos días la mujer más juzgada en Colombia por moralistas que van los domingos a la iglesia a limpiar sus malas actuaciones envidiosas y malos pensamientos con rezos y confesiones. La juzgan por quererle mostrar sus senos a los que la quieran ver. Lo aclaro porque nadie está obligado. La juzgan porque insita a la perdición de la juventud que se reúne a firmar para verla sin ropita. La juzgan por exhibicionista y regalada. Además no faltan los comentarios en contra de la emisora que deseduca a nuestra pobre juventud con comentarios vulgares anotando que deberían invitar a la auto superación y a la auto ayuda en ese tipo de programas juveniles.

Me da risa porque parece que se desenchufaran de la realidad y no se dieran cuenta en que país vivimos. El país donde las mujeres se aumentan el tamaño de las tetas para seducir barrigones con plata. El país donde mostrar tetas en televisión es lo más común. El país donde los niños ven publicidad erótica por todas parte y ni el santo padre lo puede evitar. En Colombia somos sexo desde que nacemos y lo ejecutamos a la primera oportunidad. Que tiene de malo ver las teticas tiernas de una mujer que las quiere mostrar. Hay otras que no lo quieren hacer y están en su derecho.

En Colombia vemos publicaciones con muertos todos los días y ahí estamos comprando esas publicaciones. Llegan correos todo el día de colegialas follando, instructivos con posiciones del Kamasutra, manuales para enamorarse o tener sexo. Somos testigos de corrupción, asesinatos, robos, pobreza y más cosas dolorosas y nadie hace nada para cambiarlo. No bastaría con firmas para evitarlo. Y entonces el hombre lúdico que hay en cada uno escoge donde cerrar los ojos y cuando abrirlos en medio de tanta diversidad.

No es un secreto que las niñas se arreglan y usan escotes para mostrarlos. El problema es que mientras llegan a su objetivo ya muchos ojos han mirado todos sus pecados y han fantaseado con la doncella. En Colombia hay más tetas a la vista que trabajo y paz. Son muchas las tetas que han pasado por los ojos de todos y todas y felices todos y todas vivimos en función de ellas: la loción, la cirugía, la ropa interior, el piropo, el tamaño, el color, la crema de chocolate y otros atractivos que no podemos evitar con rezos y juicios moralistas de los y las sin deseo. Lo único que espero es que llegue mi próxima edición de Soho y seguir en el país de las tetas y conocer por fin las 34b de Juanita Kremer.

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