Hanna moja a Colombia

Esta fotografía satelital proporcionada por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM) muestra a la querida Hanna que está recogiéndo sus muertos y destrozando lo que se atraviese. Es muy simpático que un fenómeno natural destruya más que los terroristas de nuestro país.

Los metereológos le asignan a las tormentas nombres femeninos y masculinos intercalados agotando el abecedario. Por ejemplo, en este momento es Hanna (femenino) y la siguiente tormenta será Ike (masculino). Evidentemente necesitan echarle la culpa a alguien e imagino que intercambian de género para ser equitativos por eso del feminismo y el machismo. Imaginen las feministas en una marcha protestando porque no son tenidas en cuenta para los nombres de las tormentas.

Hanna deja su rastro por Colombia con restos que no van a permitir que deje de llover. La lluvia puede aparecer en cualquier momento. Del sol a la lluvia como de la vida a la muerte. A parte de las tragedias que vive este hueco, Colombia, como lo llama EFRAIM MEDINA REYES en el artículo La Máquina de Follar. Lo digo porque en Colombia pasa de todo: explosiones, masacres en manos de buenos y malos, derrumbes, inundaciones, corrupción, leyes que no sirven para nada y otras cositas y además nos tenemos que chupar las tormentas que les toca a los países que carecen de nuestros problemas. ¡Juego limpio, cada uno con lo suyo pues!

Por último insisto, para los que creen que el mundo se hizo en siete días, que todo sería muy distinto si el creador hubiera trabajado el último día. Todos chupamos por su pereza.

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