

Esta es la fachada actual de la casa. La de los sueños y los recuerdos. La que vió transformar de rio a calle la Avenida La Playa. La fachada ignorada por los actuales transeúntes y reformada por nuestros nuevos dirigentes. Señor Fajardo, que gracias por la casita.

Adentro todo es pequeño. mini computadoras, mini sillas, mini libros y muchos pequeños que se convierten en amiguitos cuando se encuentran en el juego. Es muy fácil sentirse un gigante que se quiere volver enanano para jugar con los demás pequeños.

Quién dijo que los chicos no leen. Creo más bien que los papás no quieren que ellos vean televisión para ellos poder ver la novela de moda o el partido de fútbol. Señores y señoras, les tengo la solución: un club en Flamingo "que fía por que confía en usted" y problema resuelto, el chico puede ver tv y usted también. Y creame, les gusta leer, les gustan los libros y la fantasía en todas sus versiones.

En esta sala reposan los restos de la restauración y los planos de la casa. La sala donde antes se tomó el té, el lugar donde algún caballero le pidió la mano de una dama a la familia y donde otros pequeños corrieron y crecieron en la casa Barrientos.

En esta sala reposan los restos de la restauración y los planos de la casa. La sala donde antes se tomó el té, el lugar donde algún caballero le pidió la mano de una dama a la familia y donde otros pequeños corrieron y crecieron en la casa Barrientos.

Es una invitación a visitar y conocer un espacio gratuito y lleno de sorpresas para los chicos y para los grandes. Educación y entretenimiento en medio de la ciudad que tiene más sonrisas que balas.
Desde adentro, se ve la ciudad que no invita, se pelea por sobrevivir. Si usted está pasando por esta casa y siente que la ciudad es demasiado pesada o el calor lo tiene sofocado y cansado lo invito a que se de la vuelta por la casa. Con seguridad saldrá diferente.

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