
Los desplazados no sólo cargan con las marcas que dejan ser desterrados. Adaptarse a las limosnas de una ciudad que es indiferente a los problemas de los demás también es muy difícil. Esta niña, con seguridad no necesita más tatuajes en su vida y tampoco sentirá orgullo de mostrar sus marcas. Las marcas de la guerra.
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